Las nuevas tecnologías forman parte de la vida cotidiana de muchas familias y, a pesar de que abren un gran abanico de oportunidades, también suponen ciertas preocupaciones. Diferentes expertos nos dan orientaciones para que padres e hijos aprendan a aprovechar las oportunidades tecnológicas, estén alerta de sus riesgos y sepan desconectar.
Una dieta digital en família
Jordi Jubany, autor de La familia en digital, dice que toda la familia tiene que reflexionar sobre lo que hace con las tecnologías y cómo lo hace, además, propone poner en práctica estos 5 principios: participar, hablar, pautar, probar y pactar entre todos.
Para aprender a desconectar sugiere una dieta digital en familia. “Se trata de buscar un equilibrio entre conexión y desconexión, como también lo buscamos en otras dietas. Es interesante establecer unas pautas que sean saludables y que no sean incompatibles con un uso flexible cuando hay una necesidad puntual”.
El efecto espejo
Los expertos destacan el papel que tienen los padres porque actúan de espejo para sus hijos. “Una persona competente digitalmente será una persona habilidosa y con criterio para la gestión de la información. Y estas dos cosas se pueden adquirir con la experiencia, pero, sobre todo, por las buenas prácticas y los hábitos que se ven en casa”, apunta el especialista en estrategia digital, Genís Roca. Por su parte el psicopedagógo Miquel Àngel Prats afirma que: “No podemos exigir nada que nosotros no hagamos. No nos tiene que extrañar que estén enganchados si nos ven a nosotros conectados a todas horas. La autoridad moral es la clave”.
Dónde poner los límites
Y en cuanto a tener los dispositivos tecnológicos en casa, Prats considera que “es siempre aconsejable que los tengamos a la vista para saber exactamente qué están viendo o por dónde están navegando y empezar a sospechar cuando nos damos cuenta de que nos quieren esconder algo”.
En relación al umbral entre la permisividad y el control parental, Jubany alerta que “podría ser un error prohibirles acercarse a las oportunidades que proporcionan las tecnologías o, por el contrario, dejarlos hacer sin control”. Así, aconseja “no esperar a la adolescencia para gestionarlo, sino empezar antes para establecer una relación de confianza y progresivamente dotarlos de más autonomía”. También propone hacerlos reflexionar sobre el hecho de que “no vale la pena mostrar nuestra intimidad solo porque esté de moda hacerlo en un canal u otro”, y que “hay que aprender a gestionar nuestra huella digital porque lo que dice la red de nosotros afecta a nuestra reputación y tiene consecuencias personales, sociales y laborales”.
Fuente: http://criatures.ara.cat/Dieta-digital-familia_0_1559844017.html