Juanjo Fernández, profesor, escritor y conferenciante, dedica un artículo en la revista digital de cultura Núvol a prevenirnos sobre aspectos que no sirven para fomentar el hábito de leer, pero también nos da consejos que lo favorecen.
¡CUIDADO!
- Cuidado con convertir la lectura en una tortura cuando debería ser una aventura.
- Con obligar a padres y madres a hacer leer los niños en casa: porque lo que tendría que ser un placer compartido suele ser motivo de enfados y de rencor contra los libros.
- Con las lecturas obligatorias: “¡Lee!” es tan poco eficaz como “¡Ríe!”, “¡Ponte contento!” o “¡Ama!”.
- Con menospreciar determinadas lecturas o considerar que algunos libros “Se Tienen que Leer” (los “clásicos”: estos libros de los que todo el mundo habla pero que casi nadie ha leído).
- Con usar la lectura como un castigo.
- Con los eslóganes supuestamente motivadores: los posibles futuros lectores -especialmente los adolescentes son poco sensibles a lemas del tipo “leer hace volar tu imaginación”.
- Cuidado con querer hacer creer que quien no lee es una mala persona o pretender que quien no lee de pequeño ya es un “caso perdido”.
¡ADELANTE!
- Adelante con leer y explicar cuentos a nuestros hijos: los cuentos de siempre y siempre del mismo modo, y los cuentos nuevos y siempre diferentes.
- Con leer en voz alta y hacer voces según los personajes, y emocionarnos (y ser exigentes con nuestra lectura, que ellos ya querrán imitarnos).
- Con leer de todo (libros y cómics, revistas y diarios, etiquetas, cajas de cereales, letreros, tiras cómicas, carátulas de disco) y en cualquier soporte (¡en pantalla o papel, leer siempre hará bien!).
- Con estar atentos a los gustos y aficiones de nuestros hijos, para sugerirles lecturas adecuadas, sin menospreciar su elección ni sus ganas de leer siempre sobre un determinado tema o siempre lo mismo.
- Con el derecho, enunciado por Daniel Pennac en Como una novela, a dejar un libro sin acabar.
- Con nuestro entusiasmo hablando de libros, y de personajes, y de cómo han influido en nuestras vidas.
- Con nuestra coherencia (dice Francesco Tonucci que los hijos tienen muy poca experiencia en cuanto a ver leer a los padres: ¿Cuántos libros hay en nuestra carta a los Reyes?).
Porque leer, si no apetece, no sirve de nada.