El método ABP (Aprendizaje Basado en el Pensamiento) enseña a pensar con destreza a través de los contenidos curriculares desde Infantil hasta Secundaria.
Últimos días del curso escolar 2017-2018. Los alumnos de primero de Primaria de la Escola Jardí de Granollers repasan todo lo que han aprendido sobre el Paleolítico. Observan una imagen colgada en la pared donde se ve un grupo de hombres alrededor de un fuego cociendo un trozo de carne, otro grupo cazando un ciervo, una mujer meciendo un bebé en brazos y un hombre pintando imágenes de animales en una piedra. Junto a la fotografía, un montón de notas adhesivas escritas por ellos mismos rodeadas en tres grupos: “Veo”, “Pienso” y “Me pregunto”. Se lee: “Veo señores que matan un ciervo”, “Pienso que la señora duerme a su bebé” o “Me pregunto si les cuesta sacar la piel de los animales”.
Se trata de una de las destrezas que han llevado a cabo para profundizar en el aprendizaje del Paleolítico, con el objetivo que los alumnos fijen este conocimiento y desarrollen una capacidad más grande de argumentar, razonar, evaluar o compartir las propias ideas. “Nuestro objetivo es conseguir buenos pensadores”, explica Margaret Cruellas, directora del centro. “Basamos el aprendizaje en el pensamiento. Y lo hacemos a partir de destrezas y rutinas, que se ponen en común en el aula y que posteriormente hacemos visibles. La idea es no quedarnos con reflexiones superficiales, sino ir algo más allá y que estas sean críticas y creativas”, explica.
Hace un año que la Escola Jardí aplica el método Thinking Based Learning (TBL), Aprendizaje Basado en el Pensamiento ideado por el profesor Robert Swartz, pionero en la inclusión del pensamiento crítico y creativo en los contenidos curriculares. Tras una formación sobre TBL en Estados Unidos, el centro ha iniciado el método en P3 y en primero de Primaria con el objetivo de ampliarlo progresivamente a todos los cursos. “Ya trabajábamos por proyectos, hacíamos trabajo cooperativo, habíamos implantado las nuevas tecnologías en el aula…. pero para mí el ABP engloba y da sentido a nuestro proyecto”, afirma Cruellas.
Para generar un pensamiento crítico y creativo, el método ABP define 15 destrezas (“Veo, pienso y me pregunto”, “Compara y contrasta”, “Resolución de problemas”, etc.), que se trabajan individualmente o en grupo. Cada una se enseña a través de un mapa de pensamiento, es decir, un conjunto de preguntas que conducen al razonamiento. Para visualizar este pensamiento se utilizan organizadores gráficos, como por ejemplo las tres columnas donde los alumnos escribían qué veían, qué pensaban y qué se preguntaban sobre la imagen del Paleolítico. “La visibilidad de las ideas es la base para la reflexión sobre el mismo proceso de aprendizaje, y, si se realiza de forma compartida, esto puede llevar a conversaciones ricas para profundizar en el logro de conocimiento”, explican.
¿Qué has aprendido?
La metacognición, es decir, reflexionar sobre que se ha aprendido y cómo se ha aprendido un conocimiento, es una parte fundamental del método ABP. El Col·legi Montserrat de Barcelona hace más de diez años que lo aplica y actualmente utilizan las destrezas y rutinas de pensamiento de forma habitual a las aulas. “Uno de los aspectos que más nos gustó es que se trata de un método factible para todas las edades. Además, el método utiliza organizadores gráficos con los que la exigencia de pensar de tipo más lógico-matemático tiene apoyos visuales-espaciales y lingüísticos. Esto enlaza muy bien con nuestra apuesta por las inteligencias múltiples”, explica M.Núria Miró, directora del centro. Siempre que se hace uso de una destreza de pensamiento se invita los alumnos a responder a una serie de preguntas que “les conducen a plantearse cómo pueden transferir aquella manera de pensar a algún ámbito concreto de su vida”. “Esto proporciona una potencialidad muy grande de adquirir la habilidad de razonar en la vida de manera responsable con las decisiones que toman”, concluye.
“Hay que enseñarles a pensar”
Entrevistado por el suplemento “Criatures” del diario Ara, el profesor Robert Swartz, creador del método ABP y doctor en Filosofía, explica que el Aprendizaje Basado en el Pensamiento es aplicable en cualquier centro educativo, tenga el programa pedagógico que tenga. “Tendría que ser la columna vertebral, lo que enlaza los proyectos que se estén llevando a cabo en aquel centro”, dice. Según Swartz, el futuro de los niños que hoy en día van a la escuela es del todo incierto y por lo tanto se les tiene que enseñar a pensar con detenimiento, evitando tomar decisiones apresuradas. ¿Cuántas veces lo hacemos a la vida? Les ofrecemos herramientas que les servirán para su futuro: resolver problemas, argumentar, ser críticos y creativos, escuchar con empatía, ser flexibles, etc. Swartz recuerda que “tienen un gran proyecto para Cataluña” que ha sido iniciado por el Col·legi Montserrat y que se está ampliando a otros centros.
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Este artículo es una traducción del artículo “Educant bons pensadors” publicado en el suplemento “Criatures” del diario Ara. Texto original en: https://criatures.ara.cat/escola/metode-pedagogic-tbl-Educant-bons-pensadors_0_2059594028.html
Para saber más, no os perdáis la entrevista a Robert Swartz en Think1.tv, una plataforma audiovisual comprometida con el cambio y la innovación, que quiere compartir conocimiento y experiencias sobre todo lo que concierne a la educación y a las buenas noticias que ella genera.