Comenzamos un nuevo curso escolar y lo hacemos cargados de ilusiones y nuevos desafíos. Y también con una profunda reflexión sobre el centro de nuestra misión educativa: nuestros alumnos. Queremos que sean personas cuyo ADN sea excelencia, ética y compromiso, guiándoles en la búsqueda y construcción de un mundo mejor. Así es como educamos el corazón y la inteligencia de nuestros alumnos en los Colegios Innovadores Nazaret.
¡Te lo explicamos!

Educamos en los valores Nazaret
En la base de nuestro trabajo se encuentran los “valores Nazaret”. Unos valores que dan sentido a nuestra misión educativa y que impregnan todas nuestras acciones: amor, fe, familia, verdad, libertad, responsabilidad, solidaridad, justicia, paz, bondad, belleza, servicio y amor al trabajo bien hecho.

Inculcamos los hábitos de la mente
Como decía Horace Mann, “el hábito es un cable; tejemos un hilo de él cada día, y al final no se puede romper”.
Así, desde los Colegios Innovadores Nazaret ayudamos a nuestros alumnos a tejer los hilos con los podrán dar forma con éxito a su futuro: los hábitos de la mente.
Se trata de 16 habilidades sin las cuales nacemos y que necesitan de un proceso de aprendizaje, con su correspondiente sistematización y desarrollo gradual. Habilidades que harán de nuestros alumnos buenos pensadores, capaces de hacer frente de manera eficiente y efectiva a los retos y pruebas de la vida.
- Persistencia: No rendirnos, dedicar tiempo y esfuerzo a los desafíos intentando diferentes estrategias o sacando motivación de nuestro interior. Habilidades esenciales para superarnos y avanzar.
- Manejar la impulsividad: Mantener la calma y evitar dejarnos llevar por los impulsos. Porque los buenos pensadores son deliberativos. Consideran las posibilidades antes de actuar. Elaboran un plan, predicen las consecuencias y anticipan los problemas. Dedican el tiempo adecuado a entender un problema, antes de empezar a resolverlo.
- Escuchar a los demás con empatía y comprensión: Los buenos pensadores son buenos escuchadores. Por eso, otro hábito necesario es saber escuchar, interesarse, tratar de entender, no juzgar, no interrumpir, buscar la información en las palabras de nuestro interlocutor y reconocer que los demás pueden tener ideas e información que nos ayudarán a resolver problemas y a tomar decisiones
- Pensar de forma flexible: Los pensadores flexibles cambian de parecer cuando son expuestos a información nueva, precisa y crítica, aun si esa información contradice creencias profundamente arraigadas. Pueden ver el panorama global y los detalles significativos. Pueden sintetizar información desde una variedad de fuentes, al mismo tiempo que evalúan su credibilidad. Pueden emplear diversas estrategias, así como adaptarlas y modificarlas cuando se requiera para llevar a cabo tareas específicas.
- Pensar sobre nuestro pensamiento (Metacognición): Pensar siendo conscientes y controlando los procesos que seguimos al hacerlo. Planificar cómo resolveremos un problema y monitorizar la buena marcha de nuestro plan. Volver la vista atrás al terminar un proyecto y pensar qué podemos aprender de la experiencia.
- Esforzarse por alcanzar la exactitud y la precisión: La cultura de la precisión y la minuciosidad son básicas para el éxito. Un deseo de hacer las cosas tan eficientes, hermosas o claras como sea posible.
- Cuestionar y plantear problemas: La curiosidad verdadera, la actitud crítica, el planteamiento y replanteamiento de problemas y nuevas soluciones… Un ciclo que debe producirse de manera continua en todo buen pensador.
- Aplicar a nuevas situaciones el conocimiento pasado: Recurrir a experiencias pasadas, establecer similitudes y efectuar conexiones. Otra estrategia efectiva de los buenos pensadores.
- Pensar y comunicar con claridad y precisión: Ser claro y comunicar con claridad al hablar y al escribir facilitan el entendimiento y la resolución de problemas y conflictos.
- Reunir información a través de todos los sentidos: Parte de ser un pensador flexible consiste en utilizar una variedad de métodos para llegar a la verdad. Los buenos pensadores emplean la visión, el sonido, el gusto, el tacto y el olfato para mejorar sus ideas y expandir su manera de pensar acerca del mundo.
- Crear, imaginar e innovar: Las personas creativas visualizan las cosas desde diferentes perspectivas. Amplían los límites de lo que se espera y asumen riesgos. La creatividad involucra algo más que, sencillamente, traer a colación ideas inusuales; también implica ser crítico con el trabajo de uno mismo, solicitar la crítica de otros, y trabajar constantemente para refinar la técnica y generar mejores productos.
- Responder con admiración y asombro: Encontrar lo extraordinario en lo cotidiano es una capacidad que nos ofrece la posibilidad de ser más felices y conscientes de lo que nos rodea.
- Asumir riesgos con responsabilidad: Los pensadores tienen un impulso casi incontrolable de desplazarse fuera de su zona de confort. Quienes asumen riesgos responsablemente, utilizan sus experiencias y conocimientos para determinar cuándo una línea de acción vale la pena el riesgo. Aceptan con ansias nuevas responsabilidades, y aprenden con entusiasmo nuevos juegos y destrezas.
- Desarrollar el humor: El sentido del humor nos ayuda a sobreponernos hasta de los fracasos más estrepitosos. Debemos tomar tiempo para reír. Incluso de nosotros mismos.
- Pensar de manera independiente: En el siglo XXI, los problemas se han vuelto tan complejos, que nadie puede resolverlos solo. Nadie tiene acceso a toda la información requerida para tomar decisiones críticas; nadie puede considerar tantas alternativas como varias personas. Para trabajar exitosamente con otros, se requieren habilidades como aceptar las aportaciones valiosas, participar y valerse del conocimiento común para resolver problemas.
- Aprender continuamente: La motivación intrínseca para ser un mejor pensador y una mejor persona, es la clave para el aprendizaje permanente. Las personas con este hábito de la mente, siempre están emprendiendo nuevos proyectos y adquiriendo nuevas destrezas.

Inculcamos las competencias clave
Las competencias clave son aquellas capacidades, habilidades, destrezas y valores que tenemos las personas para manejar y enfrentarnos a situaciones, ya sean cotidianas o profesionales.
Su desarrollo es básico, puesto que son 7 llaves que abrirán el futuro de la preparación, de la cualificación, del desarrollo profesional y del propio crecimiento personal de nuestros alumnos. Y marcan la diferencia entre unos y otros.
El aprendizaje por competencias se caracteriza por su transversalidad, su dinamismo y su carácter integral.

- Competencia en comunicación lingüística:
Se refiere a la habilidad para utilizar la lengua, expresar ideas e interactuar con otras personas de manera oral o escrita. - Competencia matemática y competencias básicas en ciencia y tecnología:
La primera alude a las capacidades para aplicar el razonamiento matemático para resolver cuestiones de la vida cotidiana; la competencia en ciencia se centra en las habilidades para utilizar los conocimientos y metodología científicos para explicar la realidad que nos rodea; y la competencia tecnológica, en cómo aplicar estos conocimientos y métodos para dar respuesta a los deseos y necesidades humanos. - Competencia digital:
Implica el uso seguro y crítico de las TIC para obtener, analizar, producir e intercambiar información. - Aprender a aprender:
Es una de las principales competencias, ya que implica que el alumno desarrolle su capacidad para iniciar el aprendizaje y persistir en él, organizar sus tareas y tiempo, y trabajar de manera individual o colaborativa para conseguir un objetivo. - Competencias sociales y cívicas:
Hacen referencia a las capacidades para relacionarse con las personas y participar de manera activa, participativa y democrática en la vida social y cívica. - Sentido de la iniciativa y espíritu emprendedor:
Implica las habilidades necesarias para convertir las ideas en actos, como la creatividad o las capacidades para asumir riesgos y planificar y gestionar proyectos. - Conciencia y expresiones culturales:
Hace referencia a la capacidad para apreciar la importancia de la expresión a través de la música, las artes plásticas y escénicas o la literatura.

Educamos en la excelencia, la ética y el compromiso
Para Howard Gardner, los mejores profesionales son siempre ECE: Excelentes, Comprometidos y Éticos. Por eso, nuestro objetivo es lograr la excelencia en aquello que hacemos, con la ética como hilo conductor y con el compromiso firme con Nazaret para seguir avanzando hacia el éxito.
¡Desde los Colegios Innovadores Nazaret os deseamos a todos un fabuloso curso 2019 – 2020!